jueves, 29 de enero de 2009


LA RUTA COLOMBIANA
Como siempre -es mi destino - a mí me prestan o me regalan los libros. También recurro a la habilidad de mis manos para levantar alguna oferta en las librerías de viejos y hacerme el boludo. Hasta ahora solo tuve un inconveniente con un dependiente que se la daba de jefe ¿Alguna vez voy a tener un mango en el bolsillo para entrar en una librería y decir me llevo éste sin preguntar el precio? Bueno, disculpen mis miserias. Hablemos de otra cosa. Ahora me llegó Señales de Ruta, una antología del cuento colombiano seleccionada por Juan Pablo Plata (1982, Bogotá).Son diecisiete cuentos de autores jóvenes que aún no son muy conocidos en el mercado editorial. Enrique Vila-Matas le metió rueda a un comentario que ayuda mucho: Señales de Ruta reúne a un colectivo y dieciséis narradores colombianos dignos de los primeros años de un siglo y milenio, para que se unan al grupo de exploradores del abismo que se presenta en las letras hispanoamericanas.
Plata agregó por su parte : Maduros en su proceso vital y literario, los autores seleccionados parecen desleír las teorías sobre el cuento de los maestros del género narrativo—Poe, Quiroga, Cortázar, Anderson Imbert, etc—con el olvido de ensayos y decálogos que antes eran preceptivas y guías fijas, para ser hoy pequeñas sugerencias. La libertad en voces, tonos y referencias mass media o transculturales permiten cuentos con enriquecedoras menciones televisivas, cinéfilas y librescas, entre otras; cuentos infractores de las señas dadas por los maestros, por intimistas, por usar lenguajes de otras artes, diálogos rápidos y un humor negro en su mayoría, apto para lenitivo de lectores escapistas o bien para aterrizar a estos mismos y hacerlos volver a la realidad.
A mí me gustaron los trabajos de Carolina Alonso (1972)Gato traidor. Sebastián Pineda (1982) La decadencia de lo bacano. Javier Arturo Moreno (1977) Cricket y Johann Rodrigo-Bravo (1980-2006) Teoría de la muerte.
Lo publicó Arango Editores y si lo quieres lo vendo a mitad de precio.

miércoles, 7 de enero de 2009



COMO UN ROLLING STONE
En Buenos Aires el calor no para. Lo bueno de todo esto es que la gente se fue. La gran mentira es la falta de plata. Yo trato de buscar algún cafetín con aire acondicionado donde me sirvan un cortado por 5 pesos. Nada. Me cruzo con un vago por la calle Defensa y me dice que la mano viene muy mal. Los turistas rajaron. Solamente algunos brasileros y algún que otro español que pide rebaja por un mate de calabaza. Me voy a la plaza Dorrego y todo es un cementerio. Antes de volverme con la frente marquita me encuentro con un tipo que sabe una bocha sobre libros. Le pido una ayuda y me muestra el libro que está leyendo. “Es la historia de un transgresor, un maldito, lo bueno del texto es que no se calla nada. Memorias de un Rolling Stone es algo maravilloso, si alguno de nuestros rockeros fuera algo parecido a lo que narra Ronnie Wood, la música estaría a salvo”. No termino de entenderlo…¿ acaso Charlie se murió, Fito está con parálisis cerebral, Pedrito Aznar bajó los brazos?. Me doy cuenta que el amigo va por otro lado. Este Ronnie no se privó de nada. Relaciones con narcotraficantes, amores con la esposa del primer ministro Pierre Trudeau, un par de peleas con George Harrison, alguna que otra puteada con Eric Clapton, duelo a muerte con Mick Jagger y bastante letra sobre el mundo del espectáculo. Habrá sido por mi cara que el amigo me dijo: “Tomá y leelo. Lo único que te pido es que lo cuides porque me lo trajo mi hermana de España como regalo de navidad”. Me lo guardo en la mochila. Pienso que cuesta 24 euros y me tiembla el pulso. Si todo marcha bien, esta noche mientras me chupo una sangría lo leo en el patio, lejos de los mosquitos, cerca los jazmines, al lado del perro.