miércoles, 7 de enero de 2009



COMO UN ROLLING STONE
En Buenos Aires el calor no para. Lo bueno de todo esto es que la gente se fue. La gran mentira es la falta de plata. Yo trato de buscar algún cafetín con aire acondicionado donde me sirvan un cortado por 5 pesos. Nada. Me cruzo con un vago por la calle Defensa y me dice que la mano viene muy mal. Los turistas rajaron. Solamente algunos brasileros y algún que otro español que pide rebaja por un mate de calabaza. Me voy a la plaza Dorrego y todo es un cementerio. Antes de volverme con la frente marquita me encuentro con un tipo que sabe una bocha sobre libros. Le pido una ayuda y me muestra el libro que está leyendo. “Es la historia de un transgresor, un maldito, lo bueno del texto es que no se calla nada. Memorias de un Rolling Stone es algo maravilloso, si alguno de nuestros rockeros fuera algo parecido a lo que narra Ronnie Wood, la música estaría a salvo”. No termino de entenderlo…¿ acaso Charlie se murió, Fito está con parálisis cerebral, Pedrito Aznar bajó los brazos?. Me doy cuenta que el amigo va por otro lado. Este Ronnie no se privó de nada. Relaciones con narcotraficantes, amores con la esposa del primer ministro Pierre Trudeau, un par de peleas con George Harrison, alguna que otra puteada con Eric Clapton, duelo a muerte con Mick Jagger y bastante letra sobre el mundo del espectáculo. Habrá sido por mi cara que el amigo me dijo: “Tomá y leelo. Lo único que te pido es que lo cuides porque me lo trajo mi hermana de España como regalo de navidad”. Me lo guardo en la mochila. Pienso que cuesta 24 euros y me tiembla el pulso. Si todo marcha bien, esta noche mientras me chupo una sangría lo leo en el patio, lejos de los mosquitos, cerca los jazmines, al lado del perro.

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