martes, 16 de diciembre de 2008

LA POESÍA DE SYLVIA

Me pregunto: ¿por qué a esta mina no le di bola antes? Por idiota. No me avergüenzo. Recién me entero que Sylvia Plath es una poeta extraordinaria, una de las figuras mayores de la poesía anglosajona del siglo XX. Esto me pasa porque me metieron en la cabeza la estupidez de no leer literatura norteamericana. La muchacha no tuvo una vida fácil (Boston, 1932/Londres,1963). Hija de un entomólogo alemán y de una docente de sangre austríaca. Vida de mierda para una poeta confesional. Escribía a pesar de todo, porque para la época ser mujer y escribir la condenaba al infierno, a esa hoguera que terminaría en suicidio, con la cabeza llena de gas emanado de su cocina, dejándole la culpa a su marido, el poeta Ted Hughes quien la engañó con su amiga, la escritora Assia Wevill. Partida en el afecto, separada después del nacimiento de su primer hijo, con varios abortos a cuestas.¡ Qué más se puede decir!. Desde los 8 años,a escondidas, mandaba poemas a las revistas literarias. Dejó obra poética, una única novela La campana de cristal y varios textos para niños.
No sé como llegó a mis manos su antología poética que me la tragué completa en el café La poesía de San Telmo. Te dejo una prueba .

LÍMITE
(El último poema que escribe, la víspera del suicidio)
La mujer alcanzó la perfección.
Su cuerpo muerto muestra la sonrisa de realización,
la apariencia de una necesidad griega fluye por los pergaminos de su toga,
sus pies desnudos parecen decir, hasta aquí hemos llegado, se acabó.
Los niños muertos, ovillados, blancas serpientes,
uno a cada pequeña jarra de leche ahora vacía.
Ella los ha plegado de nuevo hacia su cuerpo; así los pétalos de una rosa cerrada,
cuando el jardín se envara y los olores sangran de las dulces gargantas profundas de la flor de la noche.
La luna no tiene por qué entristecerse,
mirando con fijeza desde su capucha de hueso.
Está acostumbrada a este tipo de cosas. Sus negros crepitan y se arrastran.

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