jueves, 30 de octubre de 2008


PICASSO ERA UN POETA
Se puede hablar de Pablo Picasso hasta el cansancio. Cualquiera dice conocer la vida y aventuras amorosas del español. Conozco a más de un faraute que mancha telas y se la pasa diciendo que su obra es el resultado de la estética cubista nacida de la mano de Picasso. Uno no sabe nada de lienzos, por eso se calla la boca. Pero si algo le faltaba a Picasso era ser poeta. No caigo en la vulgaridad de que su obra es toda poesía.
“Me dicen que escribes. Te creo capaz de cualquier cosa. Si un día me dijeran que has oficiado una misa, también te creería”. Así le confiesa su madre cuando se entera que también el malagueño jugaba con las letras. Eran muy pocos los que conocían esta faceta. Parecía algo ligado a su intimidad. Sin embargo, desconocidos por el gran público hasta finales de los ochenta, los poemas de Pablo Picasso hacen su aparición en Francia en 1989. Los poemas reunidos en este libro recuerdan a sus cuadros pero obviamente las imágenes son distintas. La poesía es entrecortada, fracturada. No es de impacto, no tiene síntesis. La verdadera poesía está presenta en la voluntad de creer en la palabra.
El libro ahora aparecido en Barcelona se puede leer como un collage picassiano. Sólo hace falta tener un poco de paciencia y esperar que llegue a las librerías porteñas. Eso será para febrero o marzo, poco tiempo antes que lo anuncien en la Feria del Libro.

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